Sobre
Este retrato de un joven gitano se realiza a raíz de mi última estancia en Sevilla, impregnada de las tradiciones que conforman la identidad cultural de esta ciudad. Se emplean tonos pastel, salmón y negro para construir el rostro y las manos, dos rasgos que funcionan como componentes identificativos, y a la vez, son la fuerza expresiva del sujeto. Entre clasicismo y expresionismo se muestra una particular sensibilidad reflexiva llena de sentimientos, mezclando el dibujo de figura humana con un trazo violento que actúa como transmisor de emociones.
Barra compuesta sobre papel
35 x 50 cm